YEGUADA PÉREZ-MAQUEDA

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     Desde el año 1965, la que era una tradicional colección de yeguas, mulas, un par de garayones, zamorana una y catalán el otro, pastaban estas tierras bendecidas junto a un caballo mitad portugués y mitad percherón, saboreando las plantas aromáticas y las finas hierbas que medicinales que se crían por doquier.

     Fue D. Gerardo, hijo y nieto de los Jiménez-Peña quien con visión futurista y fino olfato reconvirtió la ganadería caballar tradicional de tiro y labor en una de las primeras yeguadas de España y, desde luego, la primera de toda Castilla y León, comprando dos yeguas en Alcalá de Henares, Avena y Ameba, y otras dos en Extremadura de la Yeguada del Marqués de la Vega de Anzo, Ínclita y Haití, todas ellas tordas, acompañadas para su pareo el caballo Incrédulo, adquirido en la subasta de la Yeguada Militar de la parada de Alcalá de Henares. A estos acompañó Santera, una yegua lusitana-española, que nunca pudo ser identificada totalmente por haberse extraviado sus orígenes y habérsele borrado la marca sublabiar con la que se les identificaba (¿microchip inconfundible?).

     Así en el año 1973 se dio total y definitivamente de alta la Yeguada Pérez-Maqueda dedicada sólo y exclusivamente al caballo tordo puro español. La belleza del caballo español enamoró de tal manera a los dueños de la Finca El Quemado que en sus 420 metros de altitud alterna los encinares con las praderas abundantes y la generosidad de sus transparentes arroyos trucheros y sus lagos hondos unos y superficiales otros, donde anidan los patos salvajes, las garzas imperiales, la cigüeña negra y los ánades reales que pisan y chapotean a los innumerables galápagos que en cada primavera despiertan de su letargo y crían en abundancia tortugas rayadas de amarillo bajo su caperuzoncito ocre y que atraviesan las cristalinas aguas bajo la mirada asustada de las pupilas también amarillentas de los auténticos potros españoles-andaluces que aquí , en esta finca de El Quemado, al igual que en las marismas rocieras chapucean dándose con sus finas patas se duchan de abajo a arriba, refrescando su barriga y sus genitales, sudorosos antes de volcarse del todo en la arena , el lodo y el agua cimbreándose y luciendo hacia arriba sus cuatro patas finas como ballet acuático de sílfides marítimas.

     La definitiva evolución de la Yeguada Pérez-Maqueda de la Finca de El Quemado en Poyales del Hoyo, llega en el año 1980 cuando sus titulares que quieren la etnia, lo auténtico, lo bello, lo equilibrado del caballo español se convierten en promotores de lo cartujano, sólo tordo y sólo cerrado en ‘bocao’. Eliminan los animales que aun siendo españoles no cierran cien por cien bocao, constituyendo la verdadera Yeguada “cerrada en bocao” del Centro y del norte de España. Sementales como Gracioso, Cazador y Agradecido son la base con doce yeguas cartujanas de los 60 animales que hoy componen esta espectacular yeguada, envidia de las estrellas que se purifican en las crestas de Gredos y mansamente descienden a estos abundantes y breves valles del Tiétar; no en vano sus abundantes palmeras, quejíos, encinares, naranjales e higuerales que la pueblan, la hacen merecedora de la denominación de Andalucía de Ávila.

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